LA CAJETA

La cajeta, un dulce tradicional mexicano, es más que un simple manjar; es un pedazo de historia y cultura en cada bocado. Originaria de Veracruz, esta delicia ha encantado a generaciones con su sabor único y su textura específica.

La cajeta tiene sus raíces en el pueblo de Cajeta, Veracruz. Se cree que las monjas del convento local fueron las pioneras en perfeccionar esta receta, utilizando leche de cabra, azúcar y especias para crear un dulce que rápidamente se convirtió en una tradición regional. Desde entonces, la cajeta ha sido un símbolo de la riqueza culinaria mexicana, celebrada en festividades y disfrutada a lo largo del año.

La cajeta se elabora comenzando con la cocción lenta de leche de cabra, aunque también puede usarse leche de vaca. A esta base láctea se le añade azúcar y bicarbonato de sodio, que son cruciales para lograr su textura y color característicos. La mezcla se cocina a fuego bajo durante varias horas, mientras se revuelve constantemente para evitar que se queme y asegurar una textura uniforme.

Después de un buen rato, la leche se reduce y espesa, transformándose en el dulce caramelizado y suave que conocemos como cajeta. Este proceso requiere paciencia y atención, ya que la cajeta debe alcanzar la consistencia perfecta antes de ser envasada y disfrutada.

La cajeta no solo es deliciosa por sí sola; también se utiliza en una variedad de postres y platillos. En México, es común encontrarla como relleno en pasteles, crepas, helados y hasta paletas.

Una de las cosas más curiosas en México es que también se puede encontrar cajeta quemada, no tengo idea de cómo sucedió, pero de un accidente de quemar la cajeta salió un postre que incluso puede ser más rico que la original; también hay variaciones con licor conocidas como envinadas, que a mi parecer son deliciosas.

Así que la próxima vez que disfrutes de un trozo de cajeta, recuerda que estás saboreando un dulce con una rica tradición y una historia llena de sabor; y una pequeña recomendación, como siempre digo, si tienes oportunidad de probar algo busca productos sin grandes nombres, algo artesanal siempre va a sacar una buena sorpresa.